¿Y si el jazz hubiera nacido en el Mediterráneo?
Cada vez que se cruza en nuestro camino algún músico que mezcla jazz con sonidos étnicos (de la raíz que sea) una pregunta acude a nuestra mente. Imaginemos que preservamos del jazz la síncopa, la improvisación, la polirritmia... y eliminamos la raíz negra/africana para sustituirla por cualquier otra referencia étnica... Pongamos, por ejemplo, el melodico sonido de los folklores del Magreb. Seguramente el resultado no sería muy distinto a la música que ha movido el siglo XX y lo que tenemos claro es que sonaría muy parecido al proyecto que Sinouj ha mostrado en sus (hasta la fecha) dos trabajos.
Were (Youkali, 2012) es el título del segundo álbum de Sinouj, una formación heterogénea de músicos procedentes de Túnez (el violinista Larbi Sassi), Italia (Sergio Salvi, propietario de los teclados electrónicos de Cosmosoul), Nigeria (el percusionista Akin Onasanya) y España (Pablo Hernández, saxofonista alto y compositor), a los que habría que añadir un enorme grupo de luminarias que han colaborado en el disco, como son Jorge Pardo, Javier Paixariño, el Guadiana, Adedeji Adetayo, Fabrizio Cassol (Aka Moon), Yeyé de Cádiz, Nantha Kumar, Dimitri Psonis, Pierre Vaiana, Stephane Payen, Sylvain Cathalà, Zoumana Dembelé, Selim Fergani, Fawzi Chekili, Guillermo Bazzola, Kayode Kuti...
A partir de ritmos africanos que, en el fondo, tienen mucho que ver con los que originaron el jazz en América, las composiciones de Pablo Hernández, su saxo, el violín de Larbi Sassi (sobre todo) y las flautas de Jorge Pardo y Javier Paxariño dibujan folklores exóticos e imaginados en la parte melódica, mientras que la parte armónica las (sutiles) electrónicas mantienen un espíritu funk y, a ratos, bop en los temas, un espíritu jazzístico que va creciendo conforme avanza el disco hasta el fantástico "Majazz" que cierra el álbum.
La fusión de rítmicas y referencias en Were es tan exótica y complicada que es mejor dejarla a la sugestión que pormenorizarla. Baste dejar claro que la improvisación y los toques de funk sirven de argamasa para que al final de la escucha tengan la sensación de que han presenciado una obra sólida y consecuente. Pero las fusiones conllevan el peligro de parecer pretenciosas o sinceras. Valga como prueba de sinceridad el hecho de que, salvo los tres primeros temas, el resto está grabado en directo. Esto, que puede ser tanto valentía como falta de medios, pone en valor a una formación cambiante, llena de colaboradores, que suena como un engranaje bien lubricado, un reloj suizo hecho en medio del Mediterráneo, desde donde se pueden escuchar los ecos de las músicas de Túnez, de Italia, del sur de España y, si uno afina el oído, hasta de la India.
Sinouj es un grupo atrevido y Were es un disco más que interesante, un disco viajero. Eso sí: su arab jazz funk no es un viaje para mentes mojigatas sino para espíritus aventureros.
Más info en http://sinouj.bandcamp.com/album/were
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