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LUCÍA MARTÍNEZ CUARTETO

Sueños y delirios en los confines del jazz

Después de Saori Yano, puede que parezca que sólo hablo de mujeres. Esto, que, desde una óptica masculina, no ofrece ningún inconveniente, podría parecer un plagio del último Johnny (dedicado a la mujer en el jazz) o de la serie de posts con que El director de operaciones nos ha acercado a figuras no muy conocidas del género femenino, pero en realidad es el retrato de un placer reciente.

Gracias al amigo Sebastián, llevo unos días enganchado al disco Soños e delirios de la percusionista Lucía Martínez. Lucía Martínez es una percusionista de formación clásica y de inspiración folk. El flamenco y los sonidos tradicionales de su Galicia natal dan a su música una dimensión más compleja de la que aparentemente escuchamos. Y es que Soños e delirios es uno de esos discos construidos con creatividad incansable, uno de esos discos imposibles de asimilar por completo a la primera escucha y que se hacen más valiosos a media que los re-escuchamos.

Lucía Martínez tiene veintitantos años y un currículum lleno de becas, premios y estudios, pero es de esos artistas en los que pesa más la emoción de lo que interpretan que su bagaje. Su primer disco es un puzzle con diez temas que incluyen baladas llenas de nostalgia y momentos llenos de ritmo, fuerza y lirismo que se abrazan de forma original e intensa. Por destacar alguno, hablaré de la fuerza y soltura de Vendaval y diré que en Lucecita de la mañana salta sin red sobre un colchón rítmico (a primera vista) de jazz, que esconde, sin embargo, resonancias africanas y por momentos flamencas, pero con ese sabor árabe de la música flamenca (Perico Sambeat, al saxo alto, sabe mucho de esto) y un piano (Pedro Neves) que en ciertos instantes de inspiración me recuerda al mejor Lito Vitale, con la salvedad de que Lucía Martínez se inspira en el folk desde la perspectiva rítmica del jazz y no al contrario, como hacía Vitale. Muchas facetas para un solo tema. Disponibilidade para os delirios mantiene ese aire árabe-flamenco, apoyado por la experiencia de Perico Sambeat y un gran trabajo, en otro tono, del piano.

Uno de los aspectos que más me han gustado de este disco es que, a pesar de ser un disco de debut, es un trabajo compacto, experimental pero coherente, sin extravagancias pero original, en el que la baterista, como líder, sabe dirigir todos y cada uno de los temas sin caer en el espectáculo fácil del lucimiento personal, consiguiendo amasar un buen trabajo del combo, con cada instrumento en su sitio. Contiene, eso sí, algunos elementos extraños que a la segunda escucha ya adquieren coherencia, como el excesivo dramatismo inicial de O dia antes o algunos efectos especiales inesperados (especialmente sorprendente es el uso de la electrónica en Corredores de sombra como elemento extraño y disonante que, sin embargo, apoya y enfatiza el lirismo del piano) o el trabajo de voz (trabajo de equilibrismo imposible) de Maria Joao en Eu de Marín Ausenteime, un tema tradicional arreglado por LM.

El cuarteto lo forman:

Lucía Martínez, batería y percusión

Joao Pedro Brandrao, flauta travesera y saxo alto

Pedro Neves, piano

Carl Minnemann, contrabajo

y, como invitados, aparecen los ya citados Perico Sambeat (alto), Maria Joao (voz) y José Alberto Gómes (electrónica).

No he podido encajar aquí un video de Lucía Martínez, de manera que os remito a su página web, donde hay unos videos fabulosos de Berlín, donde está haciendo un master de jazz. Me gusta especialmente el video que lleva como pie esta frase: "CEsar LAtorre - fender rhodes and Moog Prodigy among other noisy toys MArcel KRoemker - Contrabass and a bunch of effects LUcia MArtinez - Drums and whatever she finds in her way suitable to create a rhythm (watch your heads)."

Gracias de nuevo, Sebastián.

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* La foto es de Sergio Cabanillas, tomada del blog de Tomajazz.