I'M A FOOL TO WANT YOU

Sobre mitos y monstruos

La balada comienza con una declaración. El piano interpreta y dibuja la melodía con exactitud. No se limita a dar una introducción. Marca una idea. Entonces, el tenor irrumpe con delicadeza pero con fuerza. Es un lamento. Las escobillas marcan un ritmo lacónico que parece abrazar al saxo. El piano compone un fondo de notas altas, preciosistas, recuerdos de aquello que fue, que pudo ser, que ya no es: ahora nos explicamos por qué se lamenta el saxo. "Soy un tonto por quererte" ("I'm a fool to want you", de Sinatra) está incluida en el álbum Ballads (Blue Note, 1991), una recopilación de standards de Dexter Gordon que permiten juzgar este potencial suyo en los temas lentos. El pianista es Barry Harris y el batería Billy Higgins.


Dexter Gordon fue un bopper singular. De sus comienzos con Lionel Hampton y con Fletcher Henderson absorbió el sentido de que no hay nada escrito que no se pueda superar; de la época de Bird y Dizzy heredó aquello que del bebop iba a sobrevivir a su locura, que iba a quedar en los años que siguieron; de su propia forma de tocar han sacado conclusiones la mayoría de los tenores que le han sucedido. Oscurecido por el brillo de otros tenores contemporáneos como Sonny Rollins y John Coltrane, Dexter era un tío enorme en todos los sentidos de la palabra. Las mujeres se sentían impresionadas por su altura, los hombres por la fuerza que sugería su presencia. A pesar de ello, era capaz de extraer de su saxo baladas potentes y dulces al mismo tiempo, sin caer en lo sensiblero. Y esto es mérito suficiente para escuchar este disco.

El saxo es uno de los instrumentos más representativos de jazz. De hecho, si le preguntan a un profano siempre señalará a este instrumento. Pero el saxo es un invento relativamente nuevo. Adolphe Sax lo creó en 1840. Los músicos profesionales de la época compararon su sonido con el de un "clarinete con neumonía doble". Alguien ha dicho hace poco que sonaba como un burro inspirado. No recuerdo quién fue. Quizás lo leí.

Adolphe Sax llegó a sufrir insultos cuando la gente del XIX oía por primera vez el sonido del saxo. Cualquiera que no sea músico y haya intentado hacerlo sonar sabrá de qué hablo. ¡Incluso se aseguró en alguna publicación médica de la época que el saxofón producía tisis! Sax se libró finalmente de las persecuciones y creó una buena cantidad de instrumentos, entre ellos, uno tan delicado, una maravilla técnica que aprecio tanto como es el fiscorno.

Siempre pienso en estas anécdotas cuando escucho "I'm a fool to want you". Me alcanza la sensibilidad del saxo tenor y no puedo evitar llegar a la conclusión de que, en este mundo de miserias y de atrocidades, Dexter Gordon es un mito y un monstruo, en el sentido artístico y sumo de la palabra.


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* Creo que ya he colgado esta foto antes. Es Dexter Gordon en 1948, quizás la foto que mejor lo describa. Y es de Herman Leonard, por supuesto.