SAORI YANO

Jazz a primera vista

Saori Yano es una jazzwoman increíble, y uso el adjetivo en todos sus significados. Es increíble cuando la escuchas por primera vez y captas ese sonido tan lleno de tradición y a la vez tan suelto, tan libre; es increíble cuando uno la ve, tan joven, tan guapa, con 22 añitos y siete álbumes como líder; es increíble cuando aparece en el escenario con el pelo rosa, un vestido sacado de un comic ciberpunk japonés y uno recuerda que en sus discos ha tenido sidemen como Nicholas Payton, o que ha formado parte de la gira de tributo a Dizzy Gillespie junto a James Moody, Slide Hampton y Randy Brecker, o que Jimmy Cobb dijo de ella que era la “Cannonball Adderley japonesa” antes de acompañarla en el Smoke de Nueva York durante dos noches memorables...
Nacida en Tokyo en 1986, su biografía oficial dice que quería tocar la flauta pero que se tuvo que conformar con el saxo alto, que a los 11 años descubrió en la colección de su padre un disco de Jaco Pastorius y que, entusiasmada con el Donna Lee de Charlie Parker, se enamoró del jazz. Con 16 grabó su primer álbum y lo hizo con Savoy, algo que antes sólo había conseguido un músico japonés.

Little Jiny creo que es su séptimo álbum como líder. Está acompañada por Doctor Lonnie Smith al órgano Hammond, Peter Bernstein a la guitarra y Lewis Nash a la batería, una formación que es prácticamente ritmo en estado puro. Cuando entra el disco (con una composición propia: My baby shot me down) el sonido es tan directo, tan fresco y tan imparable uno tiene la impresión de que lleva escuchándolo un buen rato. Lewis Nash domina el ritmo como si llevara tocando desde los años 30 y la longitud del tema (8:14) permite los solos de guitarra, permite a Lonnie Smith desarrollar el tema a su manera sin cortarse un pelo y permite que nuestro espíritu se reconforte con jazz de verdad. 

Cierto que la temperatura sube cuando toca temas de Charlie Parker (KC blues y She rote) pero las composiciones originales no desmerecen. La otra, Pardon Lucy, es una balada enorme con un delicioso equilibrio entre la guitarra y el saxo alto. Inspiración y lirismo a partes iguales, que en el aspecto compositivo recuerda unos momentos a Gato Barbieri y otros la forma de tocar de Stan Getz, salvando las distancias que los instrumentos imponen (y que Getz no componía).

Clasificación: D, de descubrimiento. Si tuviera que elegir un momento del álbum, sería sin duda Boplicity (Cleo Henry), ese tema perenne que aparecía en Birth of the cool de Miles. Aquí suena igual de grande pero interpretado con una serenidad y una seguridad en las notas que lo hacen inolvidable y que incluye un solo de Hammond fabuloso, virtuoso pero sin estridencias; una delicia. Ese sería mi tema cumbre de este álbum, pero no puedo dejar de citar el bonus track: una versión imparable de Take the “A” train con un combo 100% japonés: Yuta Kaneko al Hammond, Yoshihiko Hosano a la guitarra y Nobuyuki Komatsu a la batería, una formación que, sin embargo, recupera (y de qué forma) el sentido original de la canción y hace que suene más americana que nunca a pesar de que la vocalista, Hibari Misora cante algunos fragmentos en japonés.

Está bien, os la presentaré. Aquí unos amigos (del jazz), aquí Saori Yano, interpretando un tema compuesto por ella misma y llamado "Greenism":
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* La foto es de la página oficial de Saori Yano.
** El icono "jazz attitude" lo he tomado prestado de este foro de jazz.
*** Más vídeos de Saori Yano en esta página.