NO ME GUSTA EL JAZZ

No

No me gusta el jazz cuando se vuelve tan caótico que es imposible seguir el ritmo.

No me gusta el jazz cuando el público no aplaude al final de los solos.

No me gusta el jazz flamenco cuando lo que te están vendiendo en realidad es flamenco con saxofón.

No me gusta el jazz fusión cuando la fusión no me deja oír el jazz.

No me gusta el jazz rock cuando el rock no me deja oír el jazz.


No me gusta el jazz cuando pianistas tan fabulosas como Eliane Elías graban cancioncitas que no son otra cosa más que pop blandito y estéril.

No me gusta el jazz de Norah Jones ni el de Amos Lee porque en realidad sólo hacen country (aunque si los escucho como country sí me gustan).

No me gusta el Jazz de Toni Morrison.

No me gusta el jazz eléctrico hecho por máquinas.

No me gusta el jazz entendido como una música culta que sólo está al alcance de unos pocos (como dijo Lennon: “Jazz, esa mierda para intelectuales”).

No me gusta el jazz que ponen por televisión porque sólo lo ponen para ambientar algún strip-tease.



No me gusta el jazz meloso y plastificado de Yellowjackets.

No me gusta el jazz en vivo cuando uno de los músicos se queda sin hacer su solo.

No me gusta el jazz vacío de ideas.

En el resto de las ocasiones, no hay música como el buen jazz.